La pretemporada constituye los cimientos necesarios para poder rendir al máximo durante el año. Una buena base y una correcta pretemporada nos permitirán alargar al máximo nuestro periodo competitivo.
El periodo preparatorio se divide en dos sub-periodos. Un primer periodo de acondicionamiento general y posteriormente uno de acondicionamiento especifico. Tan importante resulta uno como otro.
El periodo de acondicionamiento general es el primero que realizaremos y es el que nos permitirá practicar otros deportes.

Se trata de una época del año en que es importante volver a activar el cuerpo poco a poco, y que nos servirá para volver a poner a tono progresivamente el sistema cardiovascular. Además también podemos trabajar algunos grupos musculares que durante la temporada dejamos prácticamente descuidados y que nos ayudarán también a prevenir posibles lesiones.
A todo ello le podemos añadir de forma progresiva las primeras salidas en bicicleta. Siempre a una intensidad baja-moderada que nos permitirá ademas perder esos kilos de más que seguramente habremos cogido con el periodo de descanso.
Por lo general, resulta recomendable un periodo de acondicionamiento general de unas 12 semanas, pudiendo reducirse a 8-9 si ya tenemos un buen nivel ciclista.
Durante estos meses de preparación también es un excelente momento para trabajar en el gimnasio la fuerza máxima que nos deberá dar esa expresividad encima de la bicicleta. Sin olvidar los indispensables estiramientos de todos los grupos musculares que nos ayudaran a ganar coordinación y equilibrio.

Una vez finalizado el periodo de acondicionamiento general empezaríamos con el periodo de acondicionamiento especifico que ya se centra prácticamente en su totalidad en la bicicleta y que nos dará ese punto de forma que llevamos tanto tiempo buscando.
Una vez empecemos este periodo y, por lo tanto a trabajar la calidad, hay una serie de aspectos muy a tener en cuenta si no queremos llevar al traste todo nuestro trabajo. En este periodo empieza a aparecer un riesgo. El temido sobre-entrenamiento. Pasarse de la raya en horas y en intensidad no nos lleva a mejorar.
El descanso es ese aspecto que a muchos se les escapa. Si no descasamos, no asimilamos, y si no asimilamos no progresamos.
En este punto de la temporada empezamos a dejar de lado las largas kilometradas y las largas semanas de volumen para dejar paso al trabajo especifico de otras cualidades. La fuerza en sus distintas variantes, la velocidad o la resistencia, a niveles más específicos, serán especialmente importantes durante estos meses. En definitiva, si en el periodo de acondicionamiento general nos hemos centrado en trabajar la resistencia aeróbica, en este periodo especifico trabajaremos la resistencia anaeróbica.
Lo mencionado es una guía básica de preparación de una pretemporada ciclista, los grandes rasgos.
Recordad. "El camino es largo y puede que aburrido, pero de hacer bien las cosas la recompensa valdrá la pena".
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